La relación entre la enfermedad cardíaca, el ataque o derrame cerebral y la diabetes
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Las enfermedades cardiovasculares son afecciones que afectan el corazón y el sistema circulatorio, que incluyen la enfermedad cardíaca coronaria, el ataque o derrame cerebral, el infarto al miocardio, la insuficiencia cardiaca y la enfermedad aórtica.
Las enfermedades cardiovasculares son afecciones que afectan el corazón y el sistema circulatorio, que incluyen la enfermedad cardíaca coronaria, el ataque o derrame cerebral, el infarto al miocardio, la insuficiencia cardiaca y la enfermedad aórtica.
La enfermedad del corazón y de los vasos sanguíneos (también llamada enfermedad cardíaca) incluye una serie de problemas, muchos de los cuales están relacionados con la aterosclerosis, una afección que se desarrolla cuando una sustancia grasa llamada placa se acumula en las paredes de las arterias. Esta acumulación hace que las arterias se achiquen, lo que provoca que la sangre fluya con más dificultad. Si se forma un coágulo de sangre, este puede bloquear el flujo sanguíneo. Esto puede provocar un infarto al miocardio o un ataque o derrame cerebral.
La enfermedad del corazón y de los vasos sanguíneos (también llamada enfermedad cardíaca) incluye una serie de problemas, muchos de los cuales están relacionados con la aterosclerosis, una afección que se desarrolla cuando una sustancia grasa llamada placa se acumula en las paredes de las arterias. Esta acumulación hace que las arterias se achiquen, lo que provoca que la sangre fluya con más dificultad. Si se forma un coágulo de sangre, este puede bloquear el flujo sanguíneo. Esto puede provocar un infarto al miocardio o un ataque o derrame cerebral.
Un ataque o derrame cerebral se produce cuando se dañan los vasos sanguíneos que transportan sangre y oxígeno al cerebro. Si uno de esos vasos sanguíneos se obstruye o se rompe, impide que la sangre y el oxígeno lleguen al cerebro.
Un ataque o derrame cerebral se produce cuando se dañan los vasos sanguíneos que transportan sangre y oxígeno al cerebro. Si uno de esos vasos sanguíneos se obstruye o se rompe, impide que la sangre y el oxígeno lleguen al cerebro.
Con el tiempo, la diabetes puede dañar los vasos sanguíneos. El exceso de glucemia (azúcar en la sangre) endurece los vasos sanguíneos. Los vasos también pueden llenarse de placa, lo que provoca obstrucciones y puede cortar el flujo sanguíneo que lleva oxígeno al corazón o al cerebro.
Con el tiempo, la diabetes puede dañar los vasos sanguíneos. El exceso de glucemia (azúcar en la sangre) endurece los vasos sanguíneos. Los vasos también pueden llenarse de placa, lo que provoca obstrucciones y puede cortar el flujo sanguíneo que lleva oxígeno al corazón o al cerebro.